EGIPTO EN LA PRIMAVERA ÁRABE

En el momento de hablar de la situación Egipto en el marco de la Primavera Árabe, podemos afirmar que antes de que el país se encontrase dentro de este proceso, tenía unos antecedentes políticos remarcables, como es su temprano proceso de descolonización ocurrido en 1932 cuando Inglaterra reconoce la independencia de Egipto. Esto dio lugar a un régimen que posteriormente sería derrocado poco después en la década de los 50 por un golpe de estado a manos de Gamal Abdel Nasser Hussein que destronó al rey Faruq I e instauró la República en 1953, esto hizo que el ejército se convirtiera en el foco de atención del sistema político. 

En 1970, fallece el presidente Nasser, con lo que el poder fue tomado por Anwar el-Sadat, que inició una política de conciliación con respecto Israel. En 1982 se recupera el Sinaí y Mubarak será elegido en 1981 y reelegido 1987. Este, establece otra vez las relaciones diplomáticas con los países árabes, aunque será la Guerra de Irak  la que volverá a alejar a Egipto  con el motivo de apoyo a la coalición en la que constaba como líder Estados Unidos. El mandato de Mubarak perdurará así hasta 2011. Aunque no de forma momentánea, tras ocurrir las revoluciones en los demás países árabes sobre todo el caso de Túnez, esto conllevó a que en Egipto ocurriese una situación similar a causa de ello, de forma que se dio un movimiento revolucionario. Fue así tras una prolongación de 18 días de protesta por parte de la población lo que provocó que el puesto de Mubarak dentro del régimen quedase sacrificado y así se retirara

Se inició un proceso lleno de cambios en el que la sociedad egipcia pasó a ser uno de los actores principales dentro del estado. Surgió una exigencia de democratización, junto a las demandas de un proceso de politización  de las desigualdades que se vivían en el país. 

Tras el proceso político en el que Mubarak se retira, el mandato pasó a manos del ejército egipcio, que fue considerado el actor garante el cual tomó gran importancia en este proceso de transformación social. Dentro de este, se lleva a cabo una prioritarización de cuestiones institucionales junto a la legalización de partidos políticos incluyendo las fuerzas islamistas como caben destacar los Hermanos Musulmanes que actuaban en el sistema de pluralismo autoritario junto con otras fuerzas islamistas, la celebración de elecciones legislativas y presidenciales, y la redacción de la constitución. Fue así como las fuerzas islamistas se beneficiaron de tal situación de manera que tras las elecciones se formó un parlamento en su mayoría liderado por las fuerzas islamistas, pero que a pesar de ello tenían un poder legislativo limitado por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas debido a su compromiso social respecto a formar un gobierno civil. 

Es en Febrero de 2012 cuando el mismo ejército egipcio del que hablamos como un actor de confianza por parte de la sociedad por no utilizar la violencia en su momento, el que comienza a perder estas garantías con respecto a la población cuando usan la violencia con mujeres que salían a la calle a protestar. Son los militares los que pretenden frenar este movimiento de mujeres protestantes, llevando a cabo incluso las llamadas “Pruebas de virginidad”. Es así como el ejército va perdiendo legitimización y va cambiando la respuesta de los manifestantes ante ellos.

Se da una gran polarización en grandes sectores de la sociedad tras las segundas elecciones legislativas y cabe destacar la redacción de la constitución que llevaría a la “Ijuanización” del estado. En esa tesitura se crearon temores sociales dentro de un clima de violencia y conflicto. Desde ese momento la popularidad de líder Mursi empieza a descender y se produce el golpe de estado por parte de Al Sisi, que era el anterior ministro de defensa del país, y ahí fue cuando los Hermanos Musulmanes pasaron a ser un objetivo por parte del gobierno para acabar con ellos. La nueva figura nacionalista del mandato produce un gran descontento popular por la subida de precios producida, la retirada de subvenciones, la bajada de sueldos a los funcionarios y por ello se produjo también un  periodo de desabastecimiento. En definitiva, actualmente Egipto ha sufrido un proceso de regresión autoritaria donde se ha eliminado a toda la oposición y la sociedad civil y la acción sindical bloqueando así cualquier vía de acción  económica o política.